Para muchos verano es sinónimo de vacaciones, de amigos, de playa. Puede que esto dure quince días, un mes o dos. Los más afortunados quizá puedan pasarse todo el verano sobre la arena disfrutando del mar en buena compañía. Sea como sea, lo que es casi seguro es que todos vamos a pasar en algún momento de estos meses por la playa, un lugar en el que es imposible aburrirse. ¿Necesitas ideas playeras para disfrutar de tus lugares? En TOTTO te hemos buscado diez, si se te ocurre alguna más, ¡cuéntanosla!
PASEAR POR LA ORILLA. Relajante y saludable, así es pasear por la orilla del mar, algo que puedes hacer prácticamente a cualquier hora del día (y en casi todas las épocas del año). Pasear por la orilla del mar es muy sano: ayuda a reactivar la circulación de la sangre, a tonificar piernas, y a perder las calorías de más. Se puede hacer a cualquier edad y sin tener que invertir un euro. Y todo esto sin dejar de ponerte moreno y, si quieres, comiéndote un helado. ¿Quién da más?
HACER UN CASTILLO. ¿Dónde está escrito que los mayores no podamos jugar con la arena? Prepara tus dos manitas, coge el cubo y la pala de tu primo pequeño si está a mano, y levanta tu propio castillo. Murallas, torres y, muy importante, ¡un foso! Si estás cerca de la orilla puedes hacerle un caminillo para que le entre el agua (al foso). Castillo perfecto, de cuento de hadas estival. Si no eres muy mañoso no desesperes. Siempre puedes recurrir al hoyo de toda la vida. Si es suficientemente grande podras enterrarte o enterrar a alguien un rato. Será divertido, y lo sabes.
ESNORQUELEAR. Si te gusta el mar pero no las profundidades, si quieres hacer ejercicio pero no demasiado, o si tienes dinero pero no eres millonario lo tuyo es el esnorquel, eso de respirar por un tubito mientras nadas por la superficie el agua y ves los peces a tu alrededor. No hace falta que te sumerjas casi nada (vas flotando por arriba), el esfuerzo físico no es muy grande, y es prácticamente gratis. Basta con que consigas una gafas y un tubo. Una vez las tengas, siempre que quieras las podrás usar, sin pedir permisos ni hacer pagos a nadie. Lo único que tienes que hacer es lo mismo que haces cuando vas al monte: ser respetuoso con la naturaleza. Eso y ponerte una camiseta y mucho protector solar para no quemarte.
BUCEO. Si quieres llevar el esnorquel al siguiente nivel, lo que te toca es bucear con botella. Esto ya no es tan de playa, pero convina perfectamente con una sesión sobre la arena antes o después. ¿Recomendación? Busca una escuela de buceo cerca de tu playa y reserva un bautismo, es la mejor forma de experimentar el fondo del mar por primera vez. ¡Te emocionará!
ACTIVAR EL MODO RUNNING. Correr por la orilla, el next level de pasear por la orilla. Puede ser una experiencia maravillosa durante la que además se queman un montón de calorías que luego puedes volver a consumir en forma de rica paella o pescadito frito, por ejemplo.
ECHAR UNAS PALAS. Si, ya sabes, esas enormes raquetas de madera con pelota de tennis (mejor si es de las amarillas de toda la vida) que tanto se estilan en el norte de España. Si no puedes conseguir unas palas consistentes, valen también unas palas de plástico. No es lo mismo pero bueno, se trata de pasar el rato, ¿no?
ECHAR UNA PANCHANGA DE FÚTBOL. Solo apto para los deportistas con muchos amigos y una playa enorme. Un partidillo con los colegas se puede echar cuando baja la marea que el agua descubre más terreno y, por tanto, más espacio para que uno pueda tirarse, pasear o, ¡echar una pachanga! No es apto para todas las playa, ojalá que sí para la tuya.
JUGAR A LAS CARTAS. Un clásico de ahora y siempre que hace buena pareja con comer pipas. Ideal para perezosos o aquellos que quieran ntretenerse sin tener que hacer ningún tipo de esfuerzo físico. ¡Y anda que no se lo pasa uno bien jugando a las cartas en la playa hasta que se hace de noche!
TIRARTE AL SOL. Vale, venga, sí. También puedes pasarte el día de playa tirado al sol. Túmbate en la toalla con los cascos o un buen libro y, ¡a ponerte moreno! Eso sí, insistimos, recuerda echarte bien de crema no vaya a ser que en vez de dorado acabes más rojo que la langosta de un acuario.
DARSE UN BAÑO AL ATARDECER. Sobran las palabras, ¿o se te ocurre alguna que pueda describir el gustazo que es despedir el día sintiendo el agua del mar mientras ves el sol marchar?
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