@TottoEspana Como no podía ser de otra manera, en TOTTO ser viajeros empedernidos está en nuestros genes. Necesitamos estar constantemente en movimiento, descubriendo nuevos lugares para ser más felices, pero eso significa que a veces nuestros viajes son más cortos de lo que quisiéramos. El lado positivo de esto, es que ¡somos expertos en exprimir todo lo que las ciudades tienen para ofrecer en apenas un día!
Hoy te dejamos una guía práctica para aprovechar al máximo tus horas en una de las ciudades más bellas y sorprendentes del mundo: Berlín.
Berlín es la capital de Alemania y una de las ciudades más importantes del mundo. Con sus más de 3,5 millones de habitantes, es la séptima ciudad con más habitantes de Europa. No es una sorpresa entonces que ya sea verano, invierno, seas joven o viejo, Berlín siempre tiene algo para sorprenderte y enamorarte.
24 horas en Berlín
El vuelo: Puedes volar desde Madrid en uno de esos vuelos tan baratos que no sabes si vas en avión o autobús, pero bueno, son apenas un par de horas, así que intenta descansar en el asiento más vertical del mundo mientras te venden perfumes y cacahuetes cada 3 minutos.
Llegada: ¡Ya estás en Berlín! Aquí tienes varias opciones: tomar el tren, autobús o incluso el metro hacia el centro de la ciudad, pero si estás por poco tiempo, lo mejor es coger un taxi. En Berlín existen muchos hoteles en el centro de la ciudad a buenos precios, pero puedes quedarte en un AirBNB por una fracción del coste. No olvides hacer los deberes con tiempo, porque Berlín es una ciudad grande y si tienes poco tiempo no querrás estar muy lejos del centro.
¡Empezamos!: Berlín no es una ciudad para relajarte tomando un café y contemplar a tu alrededor. Berlín es una ciudad donde tienes que levantarte y moverte. Por eso, lo mejor es alquilar una bicicleta por el centro. Por 15€ tienes una bicicleta para todo el día. ¡Es la mejor manera de ver la ciudad con un presupuesto ajustado!
El muro de Berlín: Si estás en Berlín, no puedes evitar visitar el famoso muro, así que lo mejor es hacerlo al principio. No hay un muro como tal, sino fragmentos que se han convertido en monumentos. Estar ahí es algo que te deja sorprendido. Todo el muro está lleno de grafitis y arte, que contienen décadas de historia, cada sección tiene su propia historia. Dedica al menos una hora caminando junto al muro de lado a lado, respirando su historia y admirando el arte.
Checkpoint Charlie: Súbete a tu bici y ve hasta Checkpoint Charlie, el punto de control más famoso que dividía la ciudad en Berlín del Este y del Oeste. Recientemente han añadido un pequeño museo que cuenta la historia y la importancia del muro. El Checkpoint Charlie tiene un policía (no te preocupes, es un actor) para hacerte una foto con él, gratis.
Hora de comer: Tanta bicicleta e historia te tendrá hambriento, pero no pierdas tu valioso tiempo en un restaurante. Pedalea hasta el museo del Currywurst, que te contará la historia sobre el plato más famoso de la ciudad. Es un plato con muchas calorías, pero no pasa nada; te queda mucha pedaleada durante el día.
Un poco de historia: Después de una deliciosa comida y descanso, coge la bicicleta hasta el “Monumento a los Judíos de Europa asesinados”, apenas a 10 minutos del Checkpoint Charlie. El monumento es una visita obligada en Berlín. Caminar sin rumbo por los 2.711 bloques que están pensados para darte una sensación de soledad y desorientación, simboliza el sinsentido de las acciones contra los judíos en los años 40. Puedes caminar por el laberinto o quedarte en el medio, para absorber lo impresionante que es este monumento.
Puerta de Brandenburgo: A menos de 500 metros, tienes la Puerta de Brandenburgo. Lo mejor es ir más sobre las 17:00 porque el atardecer ahí es absolutamente increíble, pero no te preocupes si vas más temprano; el tiempo apremia y aún queda mucho por hacer. La Puerta de Brandenburgo es una de las plazas más bonitas de Europa y vale la pena visitar en cualquier momento.
Catedral de Berlín: Súbete una vez más a tu bicicleta y pedalea hasta la Catedral de Berlín. Cuesta 8€ entrar, pero ese dinero se utiliza para mantener el edificio, que es absolutamente espectacular. Es una estructura gigante con detalles en cada rincón, con un domo enorme que se tiñe de verde por la noche.
Por cierto, de camino a la Catedral pasarás por un barrio precioso lleno de edificios parlamentarios históricos. ¡No dudes en parar y explorar! No es parte del itinerario, pero vale totalmente la pena.
Alexanderplatz: Ya el último punto del itinerario: la bella Alexanderplatz, donde está la Fernsehturn, la torre más icónica de la ciudad. Aprovecha y sube a la plataforma del Fernsehturn, desde arriba se ve toda la ciudad mientras anochece, algo increíble de ver y más aún con lo gigante que es la ciudad. Arriba, puedes tomar una cerveza mientras ves como la ciudad se ilumina. Cuesta 13€ subir, pero los vale.
Anochecer: En Alemania, los días son cortos y los alemanes son famosos por cenar temprano. Con tanto paseo en bicicleta ya estarás listo para comer algo y volver al hotel. Aprovecha para dar un último paseo por Alexanderplatz, ver la ciudad de noche, tomar un glüwhein (vino caliente con especias) y admirar un rato más la ciudad. Es sin duda, la mejor manera de terminar un día lleno de historia.
Vuelta al hotel y a dormir: Después de un día de pedalear y pedalear, es necesario ir directo a la cama. Pero Berlín tiene la reputación de ser una de las mejores ciudades para salir de fiesta, así que si el cuerpo aún aguanta, no dudes en irte de fiesta y conocer el ambiente que se vive. Ya pronto será hora de volver a casa, con agujetas, pero con una apreciación mucho más grande por la historia tan impactante y la belleza de una de las ciudades más increíbles del mundo.
¿Y tú ya has visitado Berlín? Dinos si nos hemos dejado algo importante en el itinerario. Puedes comentar directamente aquí abajo o utiliza #TOTTOXElMundo en las redes sociales.
¡Hasta la próxima, viajeros!